¿Cuál es la diferencia?

Drenajes de techo de "construcción nueva" frente a drenajes de techo "retrofit". Ambos sirven para el mismo propósito vital: eliminar el agua de la superficie del techo antes de que pueda dañar el sistema de cubierta y, potencialmente, el propio edificio y su contenido. ¿Cuál es la diferencia? ¿Cuándo debe utilizarse cada uno?

La distinción clave entre los tipos de drenaje es cómo se conectan al sistema de tuberías del edificio. Los drenajes de la construcción nueva se conectan al exterior de la tubería, lo que proporciona la máxima capacidad de flujo de agua. Los drenajes retrofit o de rehabilitación se conectan al interior del tubo; se retiran el antiguo colador y el anillo de sujeción y se desliza el nuevo drenaje en la tubería. Sencillo y eficaz. Pero reduce el diámetro de la tubería y, por tanto, su capacidad. El agua seguirá saliendo del techo, pero más lentamente. Aumenta la posibilidad de que se produzcan atascos. Si el techo ya tiene problemas de drenaje, podrían agravarse.

Por lo tanto, siempre es preferible instalar un drenaje de techo de construcción nueva. Pero a veces no es factible. Ahí es donde entran en juego los drenajes retrofit.

Por ejemplo, si un tornillo que sujeta un drenaje al techo se ha partido o se ha roto una lengüeta del anillo de sujeción, un drenaje de techo retrofit puede solucionar el problema sin necesidad de abrir el techo por debajo para conectarlo al sistema de tuberías. Pasará por alto las partes dañadas del drenaje original y enviará el agua a la taza de desagüe existente. Sin necesidad de reparaciones de los paneles de yeso.

Un drenaje de techo de construcción nueva debe ser siempre la primera opción. Pero cuando esa no es una opción viable, un drenaje de techo retrofit es una solución más sencilla y menos intrusiva... y aun así eficaz.

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